martes, 19 de febrero de 2008

Poesía en la oscuridad.

Jack. Mirad a Jack. Tan elegante, tan honesto, tan real, un hombre de fe. Incansable en su tarea. Que oficio tan bello. Jack y su búsqueda de la perfección, tan obsesivo, tan solitario, preso de su calavera. La duda del genio. La ruptura de la fórmula. No necesitas cambiar Jack, todos te aman así. Ella lo sabía. La muñeca de trapo, tan enamorada, tan quebradiza, tan asustada. Asustada por ti Jack. Y tu, que creías saber, que afirmabas ver ¿Acaso sabías Jack?. ¿Acaso veías?. Todo estaba allí Jack, en los ojos de la muñeca, en su prudencia. Ella si que era sabiduría. Sabiduría y amor. No la mereces Jack. Pero acudiste a ella cuando todo se había derrumbado. Y ella te esperó. Eres un tipo con suerte . Estuviste en el borde, pero Sally solo sería un corazón inservible sin ti.

Algún día iré hasta Halloween town. Quiero pedirle a Sally que se venga conmigo, al otro lado del espejo. Le hablaré del mar, del cielo, de la nieve, de la luz. Aunque ya lo sé, ella no vendrá, porque cuando mire sus ojos, no encontraré melancolía solamente un rostro, tu rostro, el rostro de Jack.